sábado, 24 de abril de 2021

El arte de no entrar en debate

"La democracia es frágil" (Biden). No la dejes escapar como el agua entre tus dedos.


Ayer en el debate de las elecciones del 4M para la Asamblea de Madrid, organizado por la cadena de radio La Ser se puso de manifiesto la fragilidad de la democracia en estos momentos en España.

 

La candidata de VOX, el partido ultra-conservador de la derecha, la Sra. Rocío Monasterio, llegaba con un látigo en la lengua, para fustigar a los demás participantes. Primero descargó su bilis contra el Sr. ex-vicepresidente Iglesias. En aras de un buen gesto anti-democrático le gritó a éste que abandonara el debate, cuando él pidió a los asistentes que hicieran una declaración explícita de "no a la violencia" sobre los ataques recientemente recibidos contra él y su familia.

 

Durante la primera parte del debate, la Sr. Monasterio se dedicó a interrumpir en múltiples ocasiones, de forma grosera, a los demás intervinientes, mostrando su gran talante anti-democrático y autoritario.

 

La moderadora trató de que el debate se fuera encauzando hacia uno con propuestas, pero su cadena de radio no mostró el reloj de contar el tiempo. Lo que supuso un gran fallo democrático, ya que no se distribuyeron los tiempos equitativamente. Práctica totalmente incorrecta en cualquier debate electoral en España.

 

El candidato del partido de centro, Edmundo Bal, se centró en la exposición de sus propuestas, pero se vio constantemente interrumpido por los exabruptos comentarios de la Sra. Monasterio, más las oportunas interrupciones del candidato del partido Socialista, Sr. Gabilondo, al que no convenía de ninguna manera, que el Sr. Bal consiguiera su objetivo de ir al grano.

 

Gabilondo trató de convertir el debate electoral en una charla entre amigos, primero. Luego, dado que era incapaz de hacer propuestas, comenzó a criticar las del Sr. Bal, recordándole que en Madrid no se habían aprobado los presupuestos para este año. Aunque él sabía perfectamente, por la prensa, que el mismo día que se iban a aprobar dichos presupuestos a las 5pm, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Sra. Ayuso, cerró la Asamblea alegando un miedo a una supuesta moción de censura que podía, supuestamente, presentar su socio de gobierno, Ciudadanos.

 

La Sra. Ayuso, candidata por el partido conservador de la derecha, PP, se había negado a asistir a este debate. Ella es reacia a esta práctica democrática. Es una deslenguada, carente de empatía con un carácter autoritario, totalitario y poco dado a presentar datos o propuestas, además de estar acostumbrada a hacer de su capa un sayo.

 

Luego, el Sr. Gabilondo llamó a la aportación de Ciudadanos al gobierno madrileño “gobierno fallido”, a lo que se considera internacionalmente “el milagro de Madrid”, pero como no sabía explicar por qué, la presentadora le dejó en suspenso el turno de palabra del Sr. Bal, para hacer una pausa conveniente. Probablemente, por órdenes de su cadena, en vista de que las intervenciones del candidato a favorecer, Sr. Gabilondo, no le favorecían a él sino al candidato de Ciudadanos, partido víctima de OPAs de la derecha e izquierda.

 

Detrás de las cámaras, el Sr. Gabilondo y la Dra. Mónica García, de Más Madrid, llegaron al acuerdo de no continuar el debate. Seguramente habían sopesado que el éxito se lo estaba llevando el Sr. Bal, lo que no era conveniente para el bloque de izquierdas, ya que ni ellos dos, ni la Sra. Monasterio habían logrado sacarle de sus casillas.

 

Así que, sin escuchar los ruegos del Sr. Bal en favor de la palabra y del debate como instrumento democrático, los candidatos de la izquierda anunciaron su abandono del debate. Lograron que la presentadora lo suspendiera, evitando que el Sr. Bal retomara su turno de palabra.

 

Debate de La SER completo: https://www.youtube.com/watch?v=RMai7UVSMgs&t=7629s

 

lunes, 11 de febrero de 2019

10F Día de las banderas


 
Foto tomada por Antonio García Minguez

Al salir de casa tenía mis dudas. No podía imaginar cuánto éxito o fracaso podría tener la concentración en Colón.

Cuando conducía por la A5 hacia Madrid, veía muchos coches en la misma dirección, pera también muchos en dirección contraria. A medida que me iba acercando a Aluche el tráfico se hacía más denso.

En un momento dado rebasé a un autocar procedente de Extremadura. En ese momento me emocioné. La vista se me volvió borrosa y las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.

Por mi mente comenzaron a fluir los recuerdos de la noche del 23F. Ni mi esposo ni yo pudimos dormir. Pegados a la radio, escuchamos el directo transmitido por la Cadena SER. Sobre las tres de la madrugada, presa del pánico, pedí a mi marido a que me bajara del trastero la maleta donde yo guardaba todos los panfletos que había recogido a las salidas del metro de Madrid. Durante mis cinco años de estudios de Periodismo, había ido recopilando todas las octavillas que me topaba sobre huelgas, mítines, concentraciones, … emitidas por los sindicatos y partidos políticos  -muchos de los cuales eran entonces ilegales.

Aquella maleta era mi hemeroteca para hacer en un futuro mi Tesis doctoral. Era un tesoro de información para mí. Era grande y muy pesada. Entre los dos la subimos al coche. La arrojamos a un vertedero de basura, no sin antes abrirla, esparciendo todo su contenido. Regresé a casa desinflada y con la sensación de haber destruido años de lucha por la libertad. Esa misma sensación de destrucción de libertad se ha ido apoderando de mí durante varios años, a medida que los discursos desfasados de la izquierda rancia española han ido socavando las mentes objetivas de los españoles.

Ayer aparqué en Lago. El aparcamiento estaba abarrotado. 

Me metí en el metro, pero no veía a nadie con banderas, aunque había mucha gente.

Comencé a ver las banderas al ir bajando hacia Colón desde la estación de Alonso Martínez.

Compré un abandera grande. Más adelante otra mediana, pero con asta. 

Nunca antes me había manifestado con la bandera de España. En las anteriores concentraciones de Colón, había visto a grupos de personas con la bandera y me causaban miedo. Temía que fueran de extrema derecha y que pudieran agredirme. Los relacionaba con grupos violentos. Esa ha sido una de las consignas aprendidas durante estos años: “la bandera española es mala porque representa al franquismo”, y “el no ser de izquierdas no es progre, porque la derecha es el fascismo y la violencia”. Sobre mi alma, también, pesaba el espíritu de los Tejero y el terror a un nuevo Franco o Hitler. No me daba cuenta de que con esa infiltración que me provocaba miedo, lo que hacían era vendarme los ojos para que no viera más que lo que las izquierdas españolas nos han estado vendiendo, coartando así mi falta de espíritu crítico ante las evidencias.

Pero hoy, con las dos banderas me sentí liberada de ese prejuicio. Ya no tuve miedo de exhibirme llevando la bandera de España en público. Era yo misma, pero más valiente y más hermanada con los catalanes que ahora están reprimidos, oprimidos y amedrentados por los separatistas.

Poco a poco me fui uniendo a todos aquellos miles de españoles que estaban allí para pedirle al Gobierno del Sr. Sánchez que se vaya y deje hablar a las urnas. Para demostrarle que queremos un juicio contra los golpistas, con pruebas irrefutables para que pasen una buena cantidad de años a la sombra, hasta que aprendan que contra la unidad de España no se juega.

La mayoría de los que me rodeaban eran casi todos de mi misma edad o mayores. Eso me hacía sentir un poco de frustración. Poco a poco se fueron acercando personas más jóvenes. Comencé a estar rodeada de personas de mediana edad. Los más jóvenes llegaron un poco más tarde. Varios de ellos me pidieron hacerse fotos conmigo porque yo portaba uno de los escasos carteles que decía:
“GOLPISTAS A PRISIÓN”.

La presencia de jóvenes reavivó la fe que tengo puesta en una España más justa, más unida, más democrática y menos corrupta en el futuro. Una España que haya superado los prejuicios de “izquierda” y “derecha”, y que se una por un objetivo común: construir una España fuerte, de progreso e innovadora, donde se valore el capital invertido en la educación de nuestros jóvenes, y que estos no tengan que seguir emigrando para ganarse un sustento.

El encuentro de los españoles que estuvimos ayer en la Plaza de Colón ha marcado un hito en la historia de España. Las cifras oficiales dicen que éramos 45 mil. Yo no entiendo de cifras. Solo sé que los ecos se oían desde todas las calles adyacentes, y al deshacerse la convocatoria se veían personas en Castellana a lo lejos, Serrano, la subida a Alonso Martínez.

Yo no había visto nunca tal concentración de españoles con banderas de España, aunque también había muchas de Europa, y algunas diferentes, pero desperdigadas: una de la “España Antigua” con la Cruz de Borgoña, otra con el Toro de Osborne, otra con el escudo del Águila negra de San Juan, una oficial catalana, otra de la Legión y una antigua que no supe reconocer, pero no las había con signos partidistas. Tan solo, en la esquina izquierda de la fuente, se enarboló una bandera mediana de VOX. Algo que no me pareció correcto, en un día donde se había acordado no exhibir símbolos de los partidos convocantes.

Estuve junto a un matrimonio venido de un pueblo de Cataluña. Habían viajado toda la noche. Llevaban muchos años viviendo allí, aunque habían nacido en Extremadura. Me comentaron que estaban felices de enarbolar la bandera de España, porque si lo hubieran hecho donde viven, temían que los mataran. Me dijeron también que, el resto de España, desconoce el terror bajo el que viven los provenientes de otras partes de España y residentes en Cataluña. Ella lloraba mientras me contaba esto.
Luego, casi al final, bailamos juntas y felices el "Viva España". Ellos se marcharon muy esperanzados, con la ilusión de que el Gobierno escuchara a los manifestantes y acabara con el terror de los CDR.

Digan lo que digan los medios que apoyan a este Gobierno abyecto que desprecia el valor de la unidad de España, creo que hoy en día el presidente Sánchez, debe reflexionar, sobre lo que le va a suceder al PSOE, si él sigue en el poder. Porque al hartazgo de los españoles ya no lo frenan sus mentiras.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Italia y España montan una Pisa en Europa



Italia está poniendo a Europa en un brete. Lo mismo quiere hacer el Gobierno socialista de Sánchez, apoyado por Podemos.

Italia es la octava potencia económica del mundo y la cuarta economía europea, después de Alemania (primera), El Reino Unido (segunda) y Francia (tercera). El país, en este momento, está endeudado en un 130 por cien de su Producto Interior Bruto. Es decir, más de 2,5 billones de dólares que es casi equivalente a cuatro veces del total de la economía suiza. Mientras que la deuda española es de 1,16 billones de dólares.

La economía italiana no ha crecido -debido a su falta de competitividad e inversiones en I+D, y porque aumentó el nivel de impuestos a las empresas italianas, impidiéndoles crecer e invertir, aparte de derrochar el dinero a espuertas y de contratar cada vez más funcionariado - ni ha logrado llegar a los niveles en los que se encontraba antes de la crisis económica que comenzó en 2008. Debido a diversos problemas, entre los más importantes son: el paro y una tasa muy alta de población envejecida. Su cifra de paro es del 10%, siendo su paro juvenil el 40%. 

El Banco Central europeo ha anunciado públicamente que va a cesar, en diciembre, su compra de Bonos de deuda a Italia.

Desde que este Gobierno populista italiano llegó al poder en el mes de junio de 2018, liderado por Giuseppe Conte, formado por miembros antisistema y euroescépticos y la Liga (partido de ultraderecha) su Deuda y Déficit no paran de aumentar. Lo que ha hecho en septiembre, el nuevo Gobierno Italiano, es presentar un Presupuesto que supera ampliamente su techo de gasto, subiéndolo al 2,4% de su PIB, cuando su previsión de crecimiento es de tan solo del 1% para los próximos años. En resumen, lo que se plantea es gastar más de lo que la UE les permite, al igual que lo que el PSOE quiere hacer en España.

Dado que todos los países de la UE han acordado unos límites de gasto público y se han comprometido a cumplir ese pacto económico, también han planificado la medida llamada “senda del déficit”, de cara al futuro, que marca el techo de techo de gasto que, cada uno de los países de la UE, no puede superar a lo largo de los próximos años. Este límite trata de prever nuevas crisis económicas graves y mantener la solvencia de los países miembros.

El Bono italiano, Bono de rentabilidad a diez años, se ha disparado a más del 90%. Esto se debe a que los inversores en el mismo piensan que ha aumentado el riesgo y exigen mayor interés por el préstamo de su dinero a los italianos. Ahora, cada vez que el Gobierno italiano emita Deuda Pública tendrá que pagar intereses más altos por cada préstamo que reciba. Si no fuera porque el Bono italiano es en realidad alemán, el Bono italiano sería un "Bono basura", y Europa ya estaría, de nuevo, hundida en una nueva crisis económica, pero de mayor envergadura que la anterior. 
Debemos tener en cuenta que, en 2020, Italia debe pagar una deuda de más de seiscientos millones de dólares, más el déficit que vaya acumulando hasta ese momento. Este déficit va a suponer una cifra superior a setecientos millones de dólares, para entonces.

Además, el hecho de que el Banco europeo haya suspendido la compra del Bono Italiano, supondrá un mayor aumento de la deuda italiana.

La crisis financiera italiana se va a extender por toda Europa, por su importancia económica y por el tamaño del país. Pero esta nueva crisis económica será superior a la que provocó Grecia, ya que es un país mucho menos importante en Europa, económicamente hablando.

Ceo que hasta un lector tonto se daría cuenta de que el mismo problema que Italia está provocando en Europa, lo puede provocar, de nuevo España, si Europa permite al PSOE salirse con la suya en cuanto al Presupuesto de Déficit que ha presentado.

¿Van Italia y España a quebrar, de nuevo, la estabilidad económica europea?