martes, 20 de enero de 2009

El cinismo de los gobiernos españoles ante las guerras



La foto premiada: Sofia Elface Fumo, con su hija Alia.

Hay un discurso de Gervasio Sánchez, que puedes leer más abajo, que lo dió al recoger el premio de fotografía que le otorgó El País, por su labor durante décadas dando testimonio de lo más escabroso de nuestro mundo las guerras y sus consecuencias, pero creo que viene a cuento ahora, porque llevo unos días preguntándome varias cosas a raiz de los ataques de Israel a Gaza:

1. ¿A qué viene tanto interés del gobierno español actual en publicitar sobre la "masacre" de los palestinos, ¿Qué tienen los palestinos que no tengan los saharahuis ¡por ejemplo!, que llevan 30 años alvidados de los sucesivos gobiernos españoles! Ah...el apoyo de los países de la OPEP! Es decir la "Organización de Paises Prodyctores de Petróleo"...que han prometido al gobierno español...¡no se sabe a cambio de qué! que España no tendrá que preocuparse por el suministro de petróleo en las próxima década...¡Perfecto! (ZP no busques fuentes alternativas, ¡déjate mejor comer el coco con los que te dan petróleo a cambio de otros "juguetitos"!)

2. ¿Las armas que España está vendiendo en la guerra entre Israel y Palestina nos sacarán de nuestra "supuesta" crisis finaciera? (Y la llamo "supuesta" porque, ¡Oh, casualidad o magia, que la banca española ganó el año pasado más que en toda su historia!)

3. ¿Hay una guerra vista desde las imágenes que nos llegan desde Israel y otra de las que nos llegan desde Palestina? ¿Cuantas imágenes están creadas por Palliwood?


4. Si Israel tiene unos objetivos claros, militarmente hablando, para "acabar" con los "terroristas" palestinos ¿Porque no se centra en ellos, en vez de matar a ciudadanos inocentes?...¿Que le pasa? ¿No tiene armas lo suficientemente sofisticadas para ello o le fallan sus fuentes de espionaje?


Tal vez haya que esperar un tiempo antes de saber la "verdad" en esta guerra.


El pasado 7 de mayo de 2008, el fotógrafo y periodista Gervasio Sánchez subió a recoger uno de tantos premios, el Ortega y Gasset que otorga el diario El País, ante la asistencia de un concurrido público, entre ellos estaban la vicepresidenta del gobierno, el presidente del Senado, varios ministros, Esperanza Aguirre y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, además de todos los importantes medios de prensa.

Parece ser que este discurso de Gervasio Sánchez dió al subir a recoger el premio, no debió ser del gusto de tan ilustre público, ya que fue condenado al ostracismo y olvidado por la mayoría de la prensa española. Así que, como la gran mayoría de medios se negaron a publicarlo, lo pongo en este blog para que puedas leerlo. Cuando lo leas, entenderás el porqué no quisieron darle publicidad.

Discurso de Gervasio Sánchez en la entrega de los premios Ortega y Gasset

Actualizado 09-05-2008 19:08 CET

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.

Es un gran honor porque varios de mis mejores amigos a los que respeto profesionalmente pertenecen a la plantilla de este diario. Queridos Ramón Lobo, Guillermo Altares, Miguel Ángel Villena, Jorge Marirrodriga, Francesc Relea, Miguel Gener, Alberto Ferreras, Gorka Lejarcegui, incluso tú querido Alfonso Armada, a los que he nombrado y a los que tengo en mi mente, a todos vosotros que me apoyasteis en los momentos más duros os dedico este premio de todo corazón.

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi. Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias



Compruebe la veracidad de este discurso en soitu.es

Ahora Gervasio sigue suscitando la polémica con sus opiniones sobre la actual guerra entre Israel y Palestina:

El lenguaje, las imágenes y la muerte

¿Tendrá o no razón un testigo como él que ha visto tanto horror?


Lo que creo que está muy claro en esta guerra "interminable" de Oriente Medio es:


1. Los gobiernos Occidentales son unos cínicos, a los que no les importa en absoluto la muerte de inocentes, sino el NEGOCIO DE LA GUERRA.

2. A la prensa también le interesan las guerras porque venden más.

3. La ONU debería desaparecer, por ser un organísmo inútil, que no sirve para nada, solo a los intereses de los países que lo manipulan... y que ya va siendo hora de que se cree un organismo internacional donde todos los ciudadanos podamos ejercer un derecho al voto mundial, que sea válido para mediar en estos conflictos. ¿Quién se atreverá a crearlo?