La Unión
Europea está muerta porque le falta corazón. No existe porque los países
integrantes y los ciudadanos que la formamos no creemos en ella. Si la Unión Europea
creyera en que es posible una Europa Unida no tendríamos unas miras tan
estrechas, basadas en egoísmos nacionalistas.
Mientras que
Europa no se replantee las políticas económicas que han llevado a la ruina a
los países mediterráneos, la Unión Europea seguirá siendo una falacia.
Estos días,
resulta una paradoja que un símbolo, de la supuesta Unión Europea, sea un
templo Griego.
Creo que, a
raíz de esta re-crisis originada por Grecia, la UE debería cambiar su lema de
“Unida en la diversidad” por el de “Unida en la diversidad y la adversidad”.
La UE tiene
todo lo necesario para una bonita campaña de marketing: una bandera, un himno,
un día y un lema, pero carece de lo esencial, un corazón, que es lo que
mantiene unidas a las personas, por encima de las políticas.
La UE no ha
fomentado la unidad, se ha limitado a aceptar, a regañadientes, la diversidad.
Por eso dentro de ella sigue habiendo países de primera, segunda y tercera clase.
¿Por qué? Por que, cuando se firmó el
Tratado de la Unión Europea en Maastricht, el 7 de febrero de 1992, se basó en
tres tratados económicos anteriores. Y se continuó en esa línea de que, la base
económica fuera el pilar fundamental.
¿Qué es lo que
quieren los países integrantes de la EU? ¿Una Europa fuerte y unida? Entonces
el Tratado que la gobierna en este momento no es suficiente para que pueda
conseguir ese objetivo.
Si lo que se
quiere formar, es algo parecido a una Europa Federal tendrá que estar unida por
algo más que por un tratado económico.
¿Qué saben
la mayoría de los ciudadanos españoles sobre Europa y su funcionamiento?
¿Sienten todos los ciudadanos de la UE que los problemas que la atañen son algo
suyo también? No tengo la impresión de que la respuesta sea satisfactoria a
ambas preguntas. ¿Cuál es la causa de que la mayoría de los españoles
desconfíen de todo lo que viene de Alemania o de parte de la Sra. Merkel? Pues
porque tenemos la conciencia que no estamos al mismo nivel. Mientras que ellos
están en el camarote de primera clase, nosotros seguimos en el de tercera.
¿Tiene los
alemanes y los franceses la culpa de ello? Supongo que los ciudadanos que
vivimos en los países de tercera clase, en una gran mayoría pensamos, que sí. Mientras
que los ciudadanos de los países de
primera y segunda clase tachan a los de la tercera de vagos, despilfarradores,
contribuyentes irresponsables, falsificadores de cuentas, corruptos, etc. Y eso duele, aunque, no dejen
de tener su parte de razón.
¿Ha hecho
algo la UE para cambiar esa forma de pensar de los unos sobre los otros? Lo
siento, porque si lo ha hecho yo no me he enterado. Y no porque yo sea una
persona desinformada.
Ahora que la
UE va a tener que cambiar su estrategia económica impositiva sobre Grecia,
debería replantearse también sus campañas de marketing. Me refiero a que tendrá
que vender una imagen más próxima a las necesidades de la vida cotidiana de los
ciudadanos que la integran. Tendrá que dejarse sentir más hasta el último
rincón de cada pueblecito y de cada hogar.
Algunas
propuestas que podrían ser útiles:
Un currículo
básico educativo, en todas las etapas, común para toda la UE.
Una
institución de la UE que luchara contra el paro.
Una política
sanitaria común a toda la UE.
Una política
común de la UE de lucha contra el maltrato y la discriminación contra la mujer.
Una política
social común para la protección a los más débiles y necesitados.
Una política
común sobre la migración y la redistribución y los derechos y deberes de los migrantes.
Una política
común de la UE para la lucha contra la corrupción, el tráfico de personas y los traficantes de la droga.
Una política
común de protección, difusión y no discriminación de las lenguas habladas por
las minorías dentro de la UE.
Una política
de protección, valoración y difusión de las bases humanitarias, filosóficas, éticas
e históricas de las culturas que integran le UE.
Un canal de
televisión de la UE que se pudiera ver en cada hogar, donde se emitieran todos
los programas en todas lenguas que forman la UE. Esto existe en Internet, pero
no todos los ciudadanos de la UE tienen acceso a Internet.
Una emisora
de radio de la UE que emitiera también en todas esas lenguas y que se pudiera
escuchar en cada rincón de la UE.
Una
productora de películas, documentales y anuncios producidos bajo el sello
de la UE, que se pudieran ver en cada lengua de la misma.
Una firma
común que publicara libros, música, vídeos culturales, etc. En los distintos
idiomas bajo un sello común de la UE, que fuera muy barata y de gran difusión.
Un organismo
educativo de la UE que facilite el intercambio y la movilidad de estudiantes,
de todas las edades, entre la UE.
Un Instituto
de la Vivienda de la UE.
Todo esto
acortaría más rápidamente los tramos que existen entre los ciudadanos de
primera, segunda y tercera clase. Es necesario que todos, y cada uno, de los
ciudadanos de la UE tengan los mismos deberes, pero también los mismos
derechos. Eso requiere cambios estructurales, pero no solo en cada uno de los países
que la forman, a nivel individual, sino de la misma UE en su conjunto. Está muy
bien que se tenga en cuenta nuestra diversidad, pero se debería promover más
nuestro derecho a la igualdad.
Para hacer
que las estructuras de un país puedan ser cambiadas, sin gran resistencia (tal
como llevan haciendo los griegos, y como también estamos haciendo los
españoles), antes tendría que haberse mentalizado más a los ciudadanos, para que
hubiéramos llegado al convencimiento de que eso era, no solo necesario, sino
imprescindible.
Los alemanes
y los franceses han tenido unas culturas muy distintas a las de los países
mediterráneos. Cuando los países del norte de la UE dicen a los mediterráneos
"tenéis que hacer esto a nivel estructural", los mediterráneos pensamos "nos
quieren arruinar la vida", y les echamos la culpa de nuestras desgracias debido
a esa mentalidad tan diferente que tenemos. Entonces, está bien que se respete
nuestra diversidad, pero habrá que convencernos, por las buenas, por qué es
positivo para nosotros, que nos modernicemos y que hagamos cambios
estructurales que van a ser beneficiosos para nuestras generaciones futuras.
Pero un cambio de mentalidad no se consigue con tan solo apretar tan fuerte las
tuercas de la economía de los países mediterráneos que los avoque a la ruina.
Hace falta mucho más.
Lo
digo por nuestra propia experiencia como españoles, que hemos sido pro-europeos
como el que más, pero que, después de los ajustes económicos impuestos por la
UE, ya no le encontramos tanto encanto al hecho de pertenecer a ella. Supongo
que les debe ocurrir lo mismo a los griegos.
Entonces,
señores políticos de la UE, aprovechen la coyuntura que les están planteando
los griegos ahora, y vayan más allá de tan solo replanteamientos
económicos, que no son más que parches
para una enfermedad endémica. Ya están viendo que, a cada falta de acuerdo, sus usureras políticas financieras se tambalean, poniendo en brete a todo lo que se mueve a su alrededor, causando un dolor innecesario e irreparable en las vidas particulares de todos los ciudadanos de la UE. Un ciudadano de la UE debería de tener siempre motivos para sentirse orgulloso de pertenecer a ella, no de tener pánico de estar dentro de ella.
Cuando aprobaron el Tratado de la Unión Europea le echaron coraje, así que ahora ... ¡Pónganle corazón, si no la quieren difunta!