Mi tesoro público: Berta-Isabel Cuadrado Álvarez |
Hoy el Parlamento griego ha aprobado, mediante votación
mayoritaria (230 votos a favor, 63 en contra y 5 abstenciones), su tercer
rescate. Donde cabría destacar que, hasta Yanis Varoufakis, el exministro de
Finanzas, que dimitió al día siguiente del Referendum, después de haber apoyado
el “no”, ha cambiado su voto por un “sí, a pesar de que aún 31 diputados de la
agrupación de izquierdas, SYRIZA, hayan votado “no”.
Esto significa la aceptación de dos paquetes de medidas
imprescindibles que sus acreedores pusieron en la mesa de negociación antes para
poder pactar un nuevo préstamo. Esto traerá cambios importantes a la sociedad
griega, que está, desde hoy, avocada a una “modernización” impuesta por Europa,
que incluye la adopción de la directiva europea sobre el saneamiento de los
bancos y la aprobación de una norma que garantice, en caso de quita, los depósitos
de hasta 100.000 euros; así como, la reforma del código civil.
La opinión de los griegos está, como ocurrió antes y después
del Referendum, dividida. A los que les preocupa más el ahora, no les
importaría quedar aislados y regresar al dracma (al igual que piensan los extremistas españoles), su exmoneda nacional. Los que piensan
con miras de futuro (los moderados y resignados), creen que una involución, y el alejamiento de Europa, serían
peor.
Alexis Tsipras no niega que ha tenido que tomar unas medidas
muy duras, al igual que en España, lo tuvo que hacer Rajoy antes.
Entre estas medidas -que
afectan a los impuestos, las pensiones y las privatizaciones- se incluyen la subida del IVA del 13 por
ciento al 23 en alimentos procesados y transporte público, y una que es motivo
de gran polémica entre los dependientes, es la apertura de tiendas
los domingos.
¿Qué ganaron los griegos con su Referendum? Que sus acreedores
perdieran su confianza en las políticas económicas de Tsipras.
¿Qué gano Tsipras? Antes tenía un gobierno que se encontraba
en minoría, bajo el falso eslogan de “las
izquierdas unidas ante la adversidad”, ya que están, en la realidad, enfrentados
por políticas distintas e intereses
encontrados, que se oponen a las reformas imprescindibles para que Grecia salga
del atolladero. Su presidente se vio reforzado en el Referendum, pero ante el
abandono de Varoufakis y la falta de apoyo que no encontró en Putin, no tuvo
más remedio que buscar el aval de la oposición, para poder ganar la votación
que se ha celebrado esta noche.
Creo que haciendo un estudio comparativo entre la suerte de
Tsipras y la de Rajoy, hay que reconocer que, la oposición griega es más
responsable y dialogante, puesto que no le ha importado ceder en sus posturas
políticas para arrimar el hombro ante un estado de emergencia. Algo que no le
ocurrió, en ningún momento, a Rajoy con su oposición en España.
España es un país desgraciado, donde el PSOE, no solo negó esta
crisis, se retrasó el tomar medidas que la paliaran, sino que a la hora de unir
esfuerzos para superarla, ha seguido negando apoyo y responsabilidades. Es decir
que, al igual que en Grecia, tenemos una izquierda “desunida” que, no sabe ser responsable, ni en el poder ni en
la oposición, para desgracia de la clase trabajadora.
Las medidas tomadas en Grecia son tan duras como las que se
tomaron en España, por parte del gobierno de Rajoy. Ahora, aquí, parece que
empiezan a dar frutos positivos. Espero que muy pronto ocurra lo mismo a los
griegos que, al igual que en España, tendrán que apoyarse en los pensionistas y
los funcionarios públicos, porque son los únicos que, al igual que ocurrió en
España, van a ser los únicos que no podrán evadir sus impuestos.
MORALEJA: Cuando veas a tu país hundido en la penuria, no serán
los profesionales evasores de impuestos, ni los radicales de izquierdas o
de derechas, los que lo saquen adelante, sino los pensionistas y los funcionarios
los que lo salven. Así que cuídalos como “oro en paño” porque ellos son tu “gallina
de los huevos de oro”.