Italia es la octava potencia económica
del mundo y la cuarta economía europea, después de Alemania (primera), El Reino
Unido (segunda) y Francia (tercera). El país, en este momento, está endeudado
en un 130 por cien de su Producto Interior Bruto. Es decir, más de 2,5 billones
de dólares que es casi equivalente a cuatro veces del total de la economía suiza.
Mientras que la deuda española es de 1,16 billones de dólares.
La economía italiana no ha crecido
-debido a su falta de competitividad e inversiones en I+D, y porque aumentó el
nivel de impuestos a las empresas italianas, impidiéndoles crecer e invertir, aparte
de derrochar el dinero a espuertas y de contratar cada vez más funcionariado -
ni ha logrado llegar a los niveles en los que se encontraba antes de la crisis
económica que comenzó en 2008. Debido a diversos problemas, entre los más
importantes son: el paro y una tasa muy alta de población envejecida. Su cifra
de paro es del 10%, siendo su paro juvenil el 40%.
El Banco Central europeo ha anunciado
públicamente que va a cesar, en diciembre, su compra de Bonos de deuda a
Italia.
Desde que este Gobierno populista
italiano llegó al poder en el mes de junio de 2018, liderado por Giuseppe
Conte, formado por miembros antisistema y euroescépticos y la Liga (partido de
ultraderecha) su Deuda y Déficit no paran de aumentar. Lo que ha hecho en
septiembre, el nuevo Gobierno Italiano, es presentar un Presupuesto que supera
ampliamente su techo de gasto, subiéndolo al 2,4% de su PIB, cuando su
previsión de crecimiento es de tan solo del 1% para los próximos años. En
resumen, lo que se plantea es gastar más de lo que la UE les permite, al igual
que lo que el PSOE quiere hacer en España.
Dado que todos los países de la UE han
acordado unos límites de gasto público y se han comprometido a cumplir ese
pacto económico, también han planificado la medida llamada “senda del déficit”,
de cara al futuro, que marca el techo de techo de gasto que, cada uno de los
países de la UE, no puede superar a lo largo de los próximos años. Este límite
trata de prever nuevas crisis económicas graves y mantener la solvencia de los
países miembros.
El Bono italiano, Bono de rentabilidad a
diez años, se ha disparado a más del 90%. Esto se debe a que los inversores en
el mismo piensan que ha aumentado el riesgo y exigen mayor interés por el
préstamo de su dinero a los italianos. Ahora, cada vez que el Gobierno italiano
emita Deuda Pública tendrá que pagar intereses más altos por cada préstamo que
reciba. Si no fuera porque el Bono italiano es en realidad alemán, el Bono
italiano sería un "Bono basura", y Europa ya estaría, de nuevo, hundida en
una nueva crisis económica, pero de mayor envergadura que la anterior.
Debemos tener en cuenta que, en 2020,
Italia debe pagar una deuda de más de seiscientos millones de dólares, más el
déficit que vaya acumulando hasta ese momento. Este déficit va a suponer una
cifra superior a setecientos millones de dólares, para entonces.
Además, el hecho de que el Banco europeo
haya suspendido la compra del Bono Italiano, supondrá un mayor aumento de la
deuda italiana.
La crisis financiera italiana se va a
extender por toda Europa, por su importancia económica y por el tamaño del
país. Pero esta nueva crisis económica será superior a la que provocó Grecia,
ya que es un país mucho menos importante en Europa, económicamente hablando.
Ceo que hasta un lector tonto se daría
cuenta de que el mismo problema que Italia está provocando en Europa, lo puede
provocar, de nuevo España, si Europa permite al PSOE salirse con la suya en
cuanto al Presupuesto de Déficit que ha presentado.
¿Van Italia y España a quebrar, de nuevo,
la estabilidad económica europea?